Cuando regresé a la habitación con mi madrastra y Andi, Andi llevó las cosas aún más lejos de lo que había hecho en la piscina. Me hizo saber que veía el bulto en mis pantalones, y antes de que pudiera sentirme avergonzado, ella ya se había lanzado sobre mí, manoseando mi polla. ¡Mi madrastra estaba totalmente sorprendida! Le suplicó a Andi que no hiciera eso con su hijastro, pero finalmente no le hizo caso. Andi estaba en llamas, y yo no tenía quejas sobre la situación 😉