Finalmente llegó el receso de verano, y Syren está preocupada porque su hijastro, Rion, no lo está aprovechando. El joven socialmente torpe se está masturbando constantemente en cada rincón de la casa, lo que la hace sentir incómoda. Por más que intenta animarlo a encontrar una actividad decente para el verano, siempre lo encuentra con las manos en su polla dura.