El torneo de pickleball es en unos días, ¡y mi hijastro no puede concentrarse! Cada golpe fallado duele más de lo que esperaba. Tenía que descubrir qué pasaba, así que agarré su teléfono cuando salió de la habitación. Le ha estado diciendo a su mejor amigo que no puede concentrarse porque no deja de pensar en follarme. Al parecer, mi jugoso culo y mis tetas rebotando lo pusieron realmente duro. No lo culpé. Yo tampoco puedo concentrarme cuando estoy cachonda. Si ese era el problema, la solución era muy simple: solo tenía que dejar que me follara, agarrara y lamiera todo lo que quisiera para que volviera a enfocarse en el juego. Después de todo, las pelotas de pickleball no son las únicas pelotas que su madrastra puede manejar. Es su turno de sacar.